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Estimado Amigo,

Una noche Dios me habló y me dijo con voz audible: “Vincenzo, tú me servirás”. Era una voz audible y clara. Esta voz, aunque yo era solo un niño, sacudió y marcó profundamente mi vida. Con los años, he aprendido a responder a esa voz y he comenzado a seguir el mandato de Dios para mi vida. Continuaré haciendo esto hasta el último aliento de mi vida.

Desde hace unos veinticinco años venimos sembrando la Palabra de Dios. Hemos visitado muchos países de Europa, América Latina y el mundo, sembrando semillas con nuestros propios recursos y esfuerzos para que se salven tantas almas como sea posible y se exhorte, consuele, edifique y sobre todo renueve y transforme a tantas iglesias.

Hoy hay muchos testimonios de personas que aceptaron a Jesús o fueron sanadas, o transformadas durante una conferencia o un viaje misionero.

Dios está llamando a Su Iglesia a una transformación radical,

volver al fundamento de la palabra de Dios ya reconstruir el cuerpo de Cristo. En una palabra, Dios está llamando a Su Iglesia a una “TRANSFORMACIÓN APOSTÓLICA”.

La estrategia de Dios para esta transformación apostólica también te incluye a ti y nos une como un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo, para que juntos podamos obedecer la Gran Comisión de “hacer discípulos de Jesús, bautizándolos y enseñándoles a observar todo lo que Cristo mandó”.

Estamos trabajando para llevar a la iglesia a amar a Dios con todo su corazón, alma y mente y amar a su prójimo como a sí mismo hasta que cada creyente se convierta en un ministro, una luz para las naciones. Este es nuestro mandato que Dios está confirmando demostrando Su poder sobrenatural

Con tu pequeña contribución, responderás al llamado de Dios para ir rápidamente y compartir el Evangelio hasta los confines de la tierra. Estás leyendo esta página porque Dios te está llamando hoy a participar en esta expansión y llevar su poder sobrenatural de persona a persona, de casa a casa, de ciudad a ciudad, de nación a nación. Dios quiere que este evangelio del reino sea predicado en todo lugar para que nadie perezca. Dios quiere transformar, sanar, restaurar, renovar y prosperar a su pueblo.

Ese fue el llamado que Dios me dió hace años

¡Dios te dé este mismo llamado hoy!

Únase a nosotros en este movimiento y será parte de lo que Dios está haciendo y hará para demostrar su poder sobrenatural al mundo.

Apóstol Vincenzo Petrarca
“LDN Luz de las Naciones”

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